La fábrica ilegal, se encontraba en el subsuelo de una casa residencial en Tánger, en ella trabajaban 40 personas, en su mayoría mujeres. El taller clandestino quedó inundado tras las lluvias torrenciales que tuvieron lugar la madrugada del lunes 8 de febrero, por lo que al menos 28 víctimas fallecieron electrocutadas, según han informado las autoridades locales.
Aunque las investigaciones continúan su curso, una primera hipótesis apunta al electrocutamiento mencionado, debido al cortocircuito creado por la tromba de agua. Sin embargo la segunda, señala la posibilidad de muerte por ahogamiento, pues todos los barrios bajos de la urbe de la parte norte de Marruecos, quedaron inundados por las intensas lluvias. En este caso, lo ocurrido se complicó todavía más, ya que el sótano situado en el barrio de Branes II, incumplía con los requisitos de seguridad exigidos por las autoridades.
Según informaciones de el sitio digital Le360, una decena de personas pudieron ser rescatadas, pero al menos, 17 mujeres fallecieron a causa de los hechos, se suman así 28 fallecidos y 10 heridos trasladados al Hospital Regional de Tánger. No obstante no se descarta que pueda haber más víctimas, ya que cabría la posibilidad de que algunos obreros se hubieran quedado atrapados en el local.
La industria textil es la primera fuente de empleo de Marruecos, con más de 190.000 puestos de trabajo, según datos de el diario El País, y Tánger, una de las pocas ciudades del continente africano que ha vivido un crecimiento económico en los últimos años. No obstante, no hay que olvidar que el ¨fast-fashion¨, y en general la industria de la moda actual, tiene consecuencias muy negativas tanto en el medio ambiente, como en las condiciones laborales a los que están sometidos algunos trabajadores: explotación laboral, salarios muy bajos, jornadas infinitas de trabajo…
Berta Santiago Egido
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