MUERE ALBERTO CORAZÓN, PINTOR Y ESCULTOR ESPAÑOL

El artista y uno de los nombres más importantes del diseño gráfico ha fallecido en Madrid a los 79 años.

Alberto Corazón (Madrid, 1942) fue un fotógrafo, escritor y pintor que diseñó conocidos logotipos de instituciones y empresas españolas como la Biblioteca Nacional, ONCE, Casa de América, Renfe Cercanías, Ministerio de Sanidad y Consumo, Junta de Andalucía, Universidad Autónoma de Madrid (UAM), etc. Hace apenas unos meses, en noviembre de 2020, el diseñador preparaba el cuadro que se entregaría al ganador del premio David Gistau del Periodismo y comentaba que “una obra debe tener estética y misterio”.

Una vez terminados sus estudios universitarios en Economía, fundó la editorial Ciencia Nueva y Alberto Corazón Editor en los años 60, a la par que hizo sus primeras exposiciones de pintura en Turín y Milán. Su carrera como diseñador fue influyente desde sus comienzos y pronto empezó a adquirir un fuerte protagonismo en la industria cultural española, lo que le llevó a especializarse en diseño gráfico e industrial pasados unos años.

Alberto Corazón fue académico de la Real Academia de Bellas Artes y Premio Nacional de Diseño en 1989, pero también tuvo una fuerte influencia en la cultura internacional, consiguiendo los premios Arts Director Club y Design Council International. Quizá su mayor galardón a destacar sea la medalla de oro del American Institute of Graphic Arts, ya que fue el único diseñador europeo en conseguir este galardón.

Además de los premios y reconocimientos que recibió por su trabajo como diseñador, Alberto fue presidente de la Fundación Arte y Derecho, creada para la difusión y defensa de los derechos de autor de quienes se dedican a la creación visual y artes plásticas.

Al diseñador le gustaba escribir en sus obras frases en mayúsculas que transmitían al espectador ciertas incógnitas. Estas son algunas de ellas: “¿Es la gráfica el mapa o el territorio?”, “Oscuro es como la noche el canto”, o la que causó gran sobresalto “Hubo profetas vacuos necios parlanchines que se enredaban en su propia danza sin entender que las celebraciones ya habían terminado”.

Si es bien que ya había anunciado sus problemas de salud, Alberto Corazón reconocía hace unos meses que la pandemia le había agravado su situación y confesaba que no tenía ánimo de nada. «Me ha provocado algo que no había tenido en la vida, falta de futuro, de perspectiva. He pintado muy poco. Tengo cansancio, un cansancio vital«.

Su profesionalidad no solo llegaba al diseño gráfico, Alberto fue un hombre polifacético que se dedicó a otras áreas del arte, como la escritura. Dentro de este campo, Alberto Corazón publicó varios libros relacionados con el diseño gráfico y otros cuantos ensayos.

Cristina Pulido Collazos