En estos momentos la oficina guarda más de 109.500 objetos, entre los que sobresalen monederos, carteras, maletas y maletines, móviles y ropa. Pero también hay dinero en efectivo, aparatos ortopédicos, instrumentos musicales, cuadros, plumas, bolígrafos, bastones, muletas, carros de la compra, sillas de bebé, cañas de pescar, juguetes, relojes y hasta un traje de torero. Y cada vez aumentan más los objetos electrónicos como tabletas, portátiles y móviles.

Aunque la cantidad de objetos que entran la oficina es similar todos los meses, sí se observa un mayor repunte en los meses de verano y en navidades.

Cada mes se publica en el Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid (BOAM) una relación genérica de los objetos que han llegado a la oficina. Desde entonces comienza el plazo de depósito, que es de dos años. Si la persona propietaria no pasa a recogerlo en ese tiempo, el objeto pasa a ser propiedad de la persona que lo encontró, conocida como la halladora. Si esta última no lo pasa a recoger, pasa a ser propiedad municipal.

Cuando el objeto ya es del Ayuntamiento puede destinarse al aprovechamiento de otros servicios municipales. Así, por ejemplo, las muletas y sillas de ruedas pueden ser destinadas a Madrid Salud y residencias, las maletas a la Policía Municipal para las prácticas de los perros; los electrodomésticos a centros de mayores o juveniles, etc. También se destinan muchos objetos a donaciones a ONG y otras instituciones sin ánimos de lucro.

Una tercera opción es que los objetos no reclamados que hayan pasado a ser de propiedad municipal se subasten. A través de esta vía en 2016 se subastaron 1.300 joyas de plata y oros, relojes, útiles de escritura, aparatos informáticos, discos, bolsos, gafas e instrumentos musicales./