LOS MOTIVOS POR LOS QUE MARTA XARGAY DEJA TEMPORALMENTE EL BALONCESTO

La gerundense tiene apenas 29 años, una carrera gloriosa tanto a nivel individual como en la selección (paso incluido por la WNBA) y acababa de firmar en el Spar Girona de su tierra natal un contrato de larga duración con uno de los grandes equipos españolas aspirantes a todo. Sin embargo, ha decidido dejar el basket y ahora profundiza en sus razones para hacerlo

Lo ha hecho en declaraciones para la agencia EFE, en la que la internacional (en 147 ocasiones) se ha pronunciado sobre la repentina noticia de su marcha. «Necesito alejarme del baloncesto para reencontrar mi camino, reencontrar el amor y la pasión, que es lo que nos mueve a todos», sintetiza la catalana, que recuerda un motivo importante, «los años en la República Checa no fueron fáciles, y todo pasa factura».  De esas temporadas, Xargay se refiere a su estancia en Praga, en los que pasó tres años (de 2015 a 2018) su primera aventura fuera de España. Dynamo Kursk, junto al Perfumerías Avenida y al Girona en dos ocasiones (junto a Phoenix Mercury en USA) han sido los equipos de su carrera.

La realidad. «El baloncesto había pasado a ser un sacrificio. Ya no disfrutaba, y prefiero dar un paso atrás y frenar, que seguir y no rendir al máximo, y quemarlo todo. Lo que más necesito ahora es tiempo para mí, para estar bien conmigo misma. Necesitaba tranquilidad, estabilidad, y no estar preocupada ni sentirme esclava de angustias, miedos y presiones».

Spar Girona. «Desde que volví a Girona, volví a disfrutar como cuando era una niña y estaba mucho más tranquila, pero estas semanas de confinamiento me han abierto los ojos y me han hecho ver que necesito parar. No es una cosa de un día para otro ni un calentón. Gracias a mi carrera deportiva, tengo la suerte de poder permitirme parar. Coger un poco de descanso, ver las cosas desde la distancia y decidir hacia dónde quiero ir».

Una posible vuelta. «Ahora mismo, ni yo sé si es para siempre o hasta cuando. Ya lo veremos. Ahora quiero vivir el día a día. Ser feliz. Y ver qué es lo que necesito en realidad. Quizás en noviembre ya lo echo tanto de menos que necesito volver, o quizás llega diciembre y veo que no tengo ganas de continuar jugando al baloncesto».