MUERE EN PRISIÓN UN ANCIANO CONDENADO POR ESCUCHAR EN SU CASA MÚSICA CLÁSICA A UN VOLUMEN MUY ALTO

Ian Trainer, de 83 años, falleció el pasado 23 de noviembre en el hospital mientras permanecía arrestado por escuchar música clásica demasiado alta en su casa. El anciano, que sufría de problemas de audición en un oído, había sido encarcelado en varias ocasiones por este motivo.

El jubilado residente en Merseyside (Reino Unido), recibió en 2019 una orden judicial que le prohibía reproducir cualquier audio que superara los 65 decibelios, el equivalente a un volumen normal de conversación, entre las 9 de la mañana y las 10 de la noche, pero tras las quejas del vecindario por saltarse el límite establecido, volvió a ser encarcelado hasta el pasado mes de febrero, cuando salió de prisión.

Sin embargo, en su vuelta a su domicilio, Trainer para disgusto de sus vecinos, cometió de nuevo los hechos sancionados previamente. Por ese mimo motivo volvió a ingresar en prisión hasta que falleció el pasado 23 de noviembre en el hospital al que se le trasladó por su malestar, según confirmaron el Ministerio de Justicia y el departamento de Prisiones, aunque no han trascendido los motivos de su muerte.

Tras la última denuncia, el octogenario británico explicó a la policía que le gustaba escuchar la emisora de radio Classic FM a altos niveles porque así la disfrutaba, ya que tras un fuerte resfriado había perdido audición en un oído. Los cascos, tampoco eran una opción viable, pues dijo que no los podía llevar por preinscripción médica.

Al conocer su muerte, algunos vecinos de la ciudad han mostrado su disgusto e indignación por haber encarcelado a un anciano de tal edad, en lugar de tratar su problema de sordera, además de investigar si tenía alguno psicológico tras ver que se saltaba las restricciones de manera reiterada. «Es absolutamente vergonzoso encarcelar a un jubilado por escuchar música alta porque es sordo, que bajen la cabeza avergonzados por esto», añadía uno de los vecinos.

Otros, en cambio, mantenían firme su decisión de llamar a las autoridades. De estas defendían su modo de actuación, ya que según ellos, pese a la edad del implicado, se saltaba continuamente las normas y perjudicaba al resto de los vecinos.

Berta Santiago Egido.