FIÓDOR DOSTOIEVSKI, UNA VIDA SIN CRÍMENES, PERO LLENA DE CASTIGOS

Tal día como hoy de 1881 moría en la Rusia de los zares Fiódor Dovtoievski, el escritor que catapultó la literatura Rusa a la cumbre de la literatura universal

La obra del autor está marcada una vida dura y llena de sufrimiento: siendo quedó huérfano, luchó contra la ludopatía, fue detenido y condenado a muerte, pero su pena fue conmutada por trabajos forzosos en Siberia. Su vida difícil y compleja le convirtió en el gran escritor del siglo XIX al que Einstein admiraba.

La infancia del escritor estuvo marcada por una gran falta de amor; siendo solo un niño falleció su madre, y su padre un hombre alcohólico y cruel decidió deshacerse de él enviándolo a la academia militar. Estando en la academia recibió la noticia del asesinato de su padre a manos de unos campesinos, lo que le trajo un gran sentimiento de culpa ya que le había deseado la muerte en numerosas ocasiones y un cambio radical en su forma de afrontar la vida. Fue durante sus estancia en la academia de San Petersburgo cuando descubrió su vocación por los libros, lo que le llevó a abandonar su carrera como militar. Su éxito como escritor llegó en 1840 de la mano de «Pobres gentes«, sin embargo, fue una fama fugaz ya que fue condenado a muerte por colaborar con grupos intelectuales y revolucionarios, afortunadamente para él y para la literatura, la pena fue conmutada por 4 año de trabajos forzosos en Siberia cuando ya se encontraba frente al pelotón de fusilamiento. Cuando acabó su cautiverio se casó, tuvo un hijo y consagró su vida a los libros y a explorar la psicología y el alma humana.

Derrotado tras perder a su primera esposa, el escritor empezó una gira por Europa que le llevó a descubrir la ruleta y los casinos, un mundo que lo atrapó por completo. Cuando consiguió apartarse de las apuestas escribió «El jugador» donde relata el ansia y la necesidad que le habían provocado los juegos de azar. Al volver a las letras Dostoievski vivió una etapa de éxitos literarios, publicó su libro de más éxito, «Crimen y Castigo», pero también sufrió una vez más las sacudidas de la vida: la muerte de su hermano y su primera hija. El profundo dolor resultante de la perdida se vio restaurado con el nacimiento de su segundo hijo, fruto del amor entre el escritor y Ana Grigorievna, la mujer que lo acompañó hasta su muerte por una hemorragia pulmonar en 1881.

El retrato de la condición humana que hace el novelista a través de sus personajes le llevó a ganarse la admiración de grandes figuras como Einstein, Freud o Virginia Woolf. El físico confesó por carta que estaba encantado leyendo «Los hermanos karamov» y dejó una gran incógnita que une el mundo de la física y la literatura: «aprendí más de Dostoievski que de cualquier otro pensador científico», por desgracia, Einstein nunca reveló qué es lo que había aprendido del gran novelista.

Por Cristina Moreno