LA FUGA DE KIDANE, UN TRAFICANTE DE PERSONAS

Kidane Zekarias Haftemariam, uno de los traficantes de personas más buscados por la Interpol, fue arrestado a principios de 2020 acusado de secuestros y torturas a emigrantes en Libia. El pasado jueves 18 de febrero, un año después, escapó del tribunal en el que estaba siendo juzgado en Adis Abeba.

Fuente: El País

El hombre originario de Eritrea, país situado al noreste de África, abandonaba con calma la puerta del tribunal tras haberse cambiado el uniforme de preso por ropa de calle. Esto formaba parte de un plan, pues minutos antes, el acusado pedía ir al baño, para allí poner en marcha la jugada que le permitiría salir del juicio con ropa de paisano. La facilidad con la que el presunto líder de los contrabandistas en el Cuerno y el norte de África, pudo huir, ha puesto en el punto de mira a los dos agentes que le custodiaban. Así bien, estos están siendo investigados, ya que cabe la posibilidad de que recibieran una buena suma de dinero por dejarlo escapar.

Lule Estifanos, el periodista etíope de tribunales y licenciado en Derecho que ha seguido el juicio desde el principio aseguraba que había una investigación em marcha porque “existen fuertes sospechas dado el historial de sobornos del prisionero”.

Kidane, activo en Libia entre 2014 y 2019, fue capturado en 2020 en la capital etíope durante una operación conjunta realizada por la policía federal y los servicios de seguridad de inteligencia del país. La mafia criminal a la que pertenecía traficaba con personas migrantes en colaboración con sus agentes en Sudán, Somalia, Etiopía y Eritrea a cambio de grandes cantidades de dinero. Los migrantes, en busca de una vida mejor en el extranjero, aceptaban un viaje en el que la mayor parte de ellos terminaban siendo víctimas de la trata y de la muerte, antes de llegar al continente europeo.

 “Estos personajes empezaron como fixers de los libios y se acabaron convirtiendo en traficantes. No tienen ningún respeto por la vida y extorsionaban a los migrantes. Un joven de África occidental pagaba 500 ó 600 dólares por llegar a Europa; Kidane les cobraba 2.500, los secuestraba y exigía más de 5.000 como rescate. Luego metía a 500 personas en un barco cuando lo normal era un centenar y además si había un naufragio se negaba a dar información a las familias”, aseguraba Meron Estefanos, una activista eritrea que llevaba años persiguiendo y denunciando las violaciones de Derechos Humanos del acusado.

Pero eso no es todo, el presunto contrabandista también ha sido acusado de secuestro, violación, arresto arbitrario y asesinato de migrante, por lo que la huida del traficante pone en alerta a muchas de sus víctimas y acusadores, que temen que Kidane busque venganza.

Aunque su proceso judicial se ha visto interrumpido en varias ocasiones por la pandemia de covid-19 y los intentos del acusado de corromper a testigos, se esperaba una sentencia condenatoria. “Las víctimas confiaban en que se hiciera justicia”, declaraba el periodista Estifanos. Pero por ahora, esa esperanza se ha esfumado.

Berta Santiago Egido