MUERE NABODY, LA NIÑA INMIGRANTE QUE LLEGÓ EL PASADO MARTES A CANARIAS EN PATERA

A pesar de que tras su llegada en estado crítico fue trasladada al hospital Materno Infantil de Las Palmas, nada pudieron hacer por salvar la vida de la pequeña de tan solo ocho años. Todo parecía indicar que Nabody iba a recuperarse tras haber llegado casi inconsciente al puerto de Arguineguín, pero los sanitarios de Cruz Roja que la atendieron a su llegada consiguieron reanimarla.

La patera llegaba al puerto de Arguineguín el pasado martes, y en ella viajaban ocho niños, dos de ellos llegaron graves, entre ellos Nabody. Los esfuerzos del personal sanitario no cesan en ningún momento consiguiendo reanimarla pero el estado crítico de la niña hizo que tuviera que ser ingresada en el hospital bajo observación. El pasado domingo 21 de octubre la pequeña de origen Malí perdía la vida.

El otro niño que llegó en estado grave junto a Nabody ha corrido un destino mejor, ya que ha podido ser trasladado a planto después de varios días en observación y con una recuperación activa.

LA MUERTE POR INMIGRACIÓN

En nuestro país conocemos bien este tipo de casos. Solo tenemos que recordar la valla de Melilla o la cantidad de pateras que llegan a nuestras orillas repletas de gente en busa de un futuro esperanzador. Las cifras de fallecidos en este año ya ascienden a 19 en la ruta canaria. Una gran cantidad de personas que han dejado todas sus ilusiones en las pateras en las que recorren un duro viaje para ser un poco más felices.

El Complejo Hospitalario de Las Palmas de Gran Canaria acoge actualmente a 19 inmigrantes procedentes de pateras llegadas a la isla en la semana pasada. Aunque la situación es crítica y se están produciendo llegadas masivas con estados de salud críticos, no se está llevado a cabo ninguna acción para paliar lo ocurrido. A pesar de ello Pedro Sánchez no ha dudado en lamentar lo sucedido mediante sus redes sociales: “No hay palabras para describir tanto dolor. Gracias de corazón a quienes han luchado hasta el final por salvar su vida. Es un aldabonazo en la conciencia de todos nosotros. Nabody tenía 24 meses”. 

Esther González González