EL AGUA TRATADA DE LA CENTRAL NUCLEAR DE FUKUSHIMA SERÁ VERTIDA EN EL PACÍFICO

El gobierno japonés ha anunciado que a partir de 2023 utilizará el Pacífico como vertedero para deshacerse del agua contaminada de Fukushima.

El terremoto y el tsunami ocurridos en Japón en marzo de 2011 dejó la central seriamente dañada, una de las peores consecuencias fue la gran cantidad de agua radiactiva acumulada dentro de la instalación, cerca de 1,25 toneladas. Se decidió desmantelarla tras la catástrofe y uno de los mayores problemas para conseguir hacerlo es precisamente el agua contaminada, tienen que librarse de ella para poder cerrar definitivamente el complejo nuclear.

El primer ministro de Japonés, Yoshihide Suga, se reunió este martes con su Gabinete de Gobierno para trasladar la solución a la que se había llegado después de consultar con la operadora de la planta, Tokyo Electric Power, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y las autoridades de Fukushima. Esta salida al problema consiste en quitarle al agua la mayoría de las sustancias radiactivas y arrojarla al océano Pacífico. El sistema de procesamiento eliminará casi todos los materiales radiactivos, sólo dejará presente el isótopo tritio que, aunque en concentraciones muy bajas, está presente en la naturaleza. Desde el gobierno japonés argumentan que esta forma de proceder es habitual y empezarán a llevarla a cabo a principios del 2023.

Eduardo Gallego, catedrático de ingeniería nuclear de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), ha declarado que «Las consecuencias que puede tener este vertido dependerá mucho de cómo se produzca. Si se hace paulatinamente y diluyendo propiamente, los efectos serán inapreciables. Además, para asegurarse de que esto se hará así, entiendo que habrá una vigilancia internacional importante». En relación al isótopo que permanecerá en el agua explicaba «Es un isótopo que es emisor de unas radiaciones muy débiles. Es radiactivo, pero también está en la naturaleza, porque se genera en la atmósfera. Realmente el tritio es hidrógeno y no se puede separar del agua, por lo que se mezcla en las moléculas. Además, estando diluido será detectable pero no supone un riesgo medioambiental«.

Victoria Mohedano Arroyo