AUSTRALIA Y EL FBI CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO

Hoy mismo el ministro australiano Scott Morrison ha asegurado que mediante una operación compartida con el FBI y con las autoridades de Nueva Zelanda, crimen organizado de más de 16 países.

Esta operación llamada Operación Ironside, se ha basado en la creación de una aplicación encriptada  para realizar crímenes, pero que estaba dirigida en secreto por el FBI. Ésta se llamaba ANOM, y era utilizada por diferentes mafias pertenecientes al narcotráfico, al lavado de dinero e incluso al asesinato planeado.

De hecho, se utilizaba esta aplicación, por parte de la mafia, supuestamente estaba protegida contra el espionaje, pero lo que ellos no sabían evidentemente es que los operarios de las autoridades australianas y del FBI llevaban meses escuchando y leyendo sus mensajes.

En esta operación se han detectado más de 250 figuras importantes dentro del crimen organizado, donde la mayoría se encontraban en Australia y en Nueva Zelanda, pero que también hay que mencionar que pertenecían a diferentes países  propios de Asia, Sudamérica y Oriente Medio.

Desde la Policía Federal de Australia, su representante, Reece Kershaw, ha dado una conferencia en la que explicaba a los periodistas de que origen se trataba a los detenidos en los que ha afirmado:

“son miembros de bandas de motociclistas, de la mafia australiana, de sindicatos delictivos asiáticos y de grupos delictivos graves y organizados”. Las autoridades alegarán que “han estado traficando con drogas ilícitas en Australia a escala industrial”.

“Hemos detenido a los presuntos responsables de estos delitos. Hemos evitado los tiroteos y hemos frustrado la delincuencia grave y organizada confiscando sus riquezas mal habidas”.

Por último, mencionar que se trataba de un operativo con más de 3 años de antigüedad, donde el esfuerzo la constancia y la profesionalidad han sido claves para la resolución de la Operación Ironside. como resultado a su esfuerzo se han incautado un total de 3,7 toneladas de drogas, 104 armas de fuego y unos 45 millones de dólares australianos en efectivo, además de la encarcelación de dichos delincuentes.