Entierro de un fallecido: cómo organizarlo

Una vez tramitada la inscripción de defunción en el Registro Civil y obtenida la licencia de entierro o incineración, deben pasar al menos 24 horas tras la defunción para llevar a cabo el entierro o cremación

La pérdida de un ser querido puede resultar dolorosa y es en esos duros momentos cuando tenemos que hacer frente a una serie de trámites para organizar el sepelio de nuestro familiar. En muchas ocasiones estos trámites son totalmente desconocidos para las personas, llegando a ocasionar grandes quebraderos de cabeza en un momento muy delicado.

Para facilitar ese trance, abordaremos los pasos que debemos seguir a la hora de organizar un funeral.

En primer lugar, debemos tener en cuenta los trámites que una defunción conlleva, para ello debemos saber si el difunto disponía de algún tipo de seguro de defunción, ya que de ser así deberemos ponernos en contacto con la compañía para que se encargue de realizar los trámites oportunos.

En caso de no contar con un seguro de decesos, la persona encargada deberá ponerse en contacto con la funeraria para comenzar a gestionar los trámites. Para ello deberá de solicitar el Certificado Médico de Defunción, un documento que acredita la muerte de la persona, y el cual es necesario para la inscripción de la defunción en el Registro Civil del municipio donde ha fallecido. 

Trás la inscripción en el Registro Civil, se podrá obtener la licencia de entierro o incineración.

En segundo lugar, ya será la funeraria la encargada de realizar el traslado del cadáver, donde se deberá decidir si se trata de un traslado ordinario (el entierro o incineración corresponde a la misma Comunidad en la que se ha producido la muerte) o si se trata de un traslado sometido a autorización sanitaria (si el fallecimiento se ha producido en una Comunidad distinta a la del entierro o cremación).

También, es en este momento cuando los familiares deben elegir qué hacer con el cuerpo del difunto, si enterrarlo o cremarlo.

En tercer lugar se debe organizar el velatorio, esta acción se llevará a cabo antes de la incineración o entierro. Con la ayuda de los servicios funerarios se podrá disponer la sala para dar el último adiós al difunto. Entre esos servicios también debemos disponer con los de la floristería, la cual será la encargada de disponer la sala con flores que acompañaran al difunto en su despedida, y a través de las cuales los familiares podrán despedirse, gracias a los muchos significados que estas tienen. Por ejemplo, las rosas blancas simbolizan inocencia, mientras que las de color rosa significan aprecio y agradecimiento, al igual que las rosas rojas, las cuales expresan amor y respeto.

Otra flor popular en los funerales son los claveles, cuyo significado se traduce en admiración por la persona fallecida, además de ser un homenaje para este y como recuerdo de las vivencias junto a esta persona.

Son numerosas las flores que podemos encontrar y cuyos significados son infinitos, por ello la Floristería para Tanatorio San Isidro , puede ofrecernos un servicio único, además de ser   un bonito homenaje para nuestro ser querido. 

Una vez realizado el velatorio, se realizará una ceremonia donde el párroco recordará al difunto e intentará consolar a los familiares que están pasando por ese momento tan complicado y donde nuevamente se les dará la oportunidad de despedirse de su familiar con unas bonitas palabras o anécdotas.

Tras la misa, se procederá al traslado del difunto al cementerio, donde se depositarán los restos del difunto en un lugar de descanso. Este es uno de los momentos más complicados ya que significa la despedida final del ser querido. 

Lo mismo ocurre en el caso de la incineración, donde en lugar de enterrar el cuerpo, este se reduce a cenizas y se entregan a los familiares, los cuales decidirán qué hacer con ellas.

Sin duda se trata de uno de los momentos más difíciles en la vida de una persona, ya que nunca nos acostumbramos a despedirnos de manera definitiva de un ser querido, es por ello que debemos aprovechar cada instante con ellos, y llegado el momento, despedirlos de la mejor manera y recordándoles con obsequios tan bonitos como las flores, las cuales nos ayudaran a expresar en esos duros momentos lo que sentimos por la persona fallecida sin necesidad de utilizar las palabras.