COMPLICACIONES PARA APROBAR EL SEXTO PAQUETE DE SANCIONES CONTRA RUSIA

La Unión Europea se reunió, ayer miércoles, en Bruselas, para llegar a un acuerdo sobre el veto al petróleo ruso. No se llegó a una consonancia entre los Veintisiete, ya que algunos países se muestran reticentes a sancionar a Rusia.

Existen dos «bandos» en este sexto paquete de sanciones que está en marcha. Por un lado, se encuentra la postura de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leeyen, quien apuesta por un veto total al petróleo ruso, pero a la vez coordinado y con un plan estratégico que permita a los países de la Unión buscar alternativas y planear los siguientes acontecimientos. En frente de la postura de Von der Leeyen, tenemos a Hungría, Eslovaquia y República Checa, unos países que ven demasiado precipitado deshacerse del suministro de petróleo ruso, ya que son naciones muy dependientes de la energía que les proporciona el Kremlin.

«Seamos claros, no será fácil. Algunos estados miembros son fuertemente dependientes, pero debemos simplemente trabajar en ello. Proponemos desde ahora una prohibición del petróleo ruso, una prohibición total de las importaciones de todo el petróleo ruso».

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. 

Para intentar sacar el paquete de sanciones adelante, la Comisión Europea propone, por ejemplo, conceder a Hungría y Eslovaquia un año más que al resto, hasta el 31 de diciembre de 2023, para vetar las importaciones de petróleo ruso. Pese a ello, minutos antes del comienzo de la reunión del Comité de Representantes Permanentes de la Unión Europea que pretendía cerrar la hoja de ruta del paquete de sanciones, Hungría, Eslovaquia y República Checa avisaron de que no lo aceptarían si no dan más tiempo.

La imagen que, hasta el momento, había dado la Unión Europea había sido de unidad y solidez, pero ahora, con temas mucho más delicados y con un estancamiento de la guerra, empiezan a aparecer las primeras fisuras.