El conflicto en el este de Europa avanza. El ejército ruso sigue centrado en “desnazificar” la región del Donbás, donde las Repúblicas Independientes de Donetsk y Lugansk son el campo de batalla. Durante una de estas “refriegas”, el Kremlin ha anunciado haber acabado con unos 600 soldados ucranianos.
En la jornada número 71 de la invasión, Rusia ha notificado haber dado un duro golpe a las fuerzas armadas de Ucrania. Durante esta noche, las piezas de artillería rusas han golpeado múltiples posiciones y bastiones defensivos, matando a 600 combatientes ucranianos.
El ministro de Defensa de Rusia, el general Ígor Konashénkov, agregó que con misiles de alta precisión disparados desde aviones fueron destruidos un importante arsenal en la ciudad Mykoláiv y un depósito de combustible en la región homónima, en el sur Ucrania.
También, fue atacado un aeródromo militar de Kanatovo, en el centro de Ucrania, sin que Konashénkov especificara el alcance los daños causados por los misiles.
Además, añadió el portavoz, fue alcanzado un puesto de mando de la 17ª brigada de tanques de la Fuerzas Armadas de Ucrania, cuatro concentraciones de tropas y de vehículos, así como dos almacenes militares en un aeródromo junto a la Kramatorsk, el principal reducto ucraniano en la región oriental de Donetsk.
Konashenko indicó que en la pasada jornada fueron aniquilados “hasta 600 nacionalistas (ucranianos)” y destruidas 61 unidades de armamento y vehículos militares. Desde el comienzo, el pasado 24 de febrero, de su “operación militar especial” en Ucrania, Rusia ha informado solo en dos ocasiones de sus bajas mortales: el 2 de marzo pasado reconoció 498, cifra que elevó a 1.351 el día 25 de ese mismo mes.
Comentarios de las entradas (0)